· La adolescente embarazada es la presa de la
hipocresía de una sociedad que perdona sus actividades sexuales y condena su
embarazo. Consciente o inconscientemente, deliberadamente o por impotencia, se
da mayor libertad sexual a los jóvenes, pero la sociedad permanece o vuelve a
ser repentinamente moralizadora y represiva frente a las consecuencias de dicha
libertad. Achacar la culpabilidad y la responsabilidad a la adolescente evita a
los adultos el preguntarse por su propia responsabilidad y culpabilidad. El
rechazo es la reacción más cómoda; se pone una simple etiqueta, a fin de no ver
que se trata de un problema más general.
Por otra parte, la reacción de
padre y madre al enterarse del embarazo de la hija. Hay poca comprensión y
ayuda afectuosa. Lo que primero acude al ánimo de los padres no es tanto que
ocurre con su hija sino que va ocurrirles a ellos. Esta herida paterna profunda
da lugar enseguida a severos e irracionales reproches. Ante esto la joven se
siente sola para asumir el conflicto y con una gran carga de culpabilidad. A
veces, la revelación del embarazo da lugar a un violento enfrentamiento entre
los mismos padres. Esta es una actitud inmediatista, epidérmica e impulsiva que
casi todos lo padres adoptan.

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